Hasta
hace pocos años, según Catacora
(2012), las adicciones se vinculaban a un origen socio genético y el tratamiento quedaba relegado a tratar
las complicaciones orgánicas que producía. Sin embargo, en la actualidad, la
investigación en neurociencias ha revolucionado nuestra comprensión de las
adicciones y han permitido devolver al campo de la biomedicina
el estudio, investigación y tratamiento de estos trastornos.
Las
drogas psicoactivas generalmente se definen como sustancias que alteran el
estado de ánimo, el pensamiento, la conducta, la percepción de la realidad. En
general, afectan los procesos mentales,
el comportamiento, el razonamiento y producen cambios en los estados de
atención, los tiempos de reacción y la percepción del mundo. Todos estos efectos se producen por la acción de
las drogas sobre el sistema nervioso central (SNC).
La definición más exacta de adicción, dada por
NIDA (1999) citado por Catacora (2012) es que ésta es una enfermedad compleja
caracterizada por un uso compulsivo y, en ocasiones, unas ansias incontrolables
de consumir; búsqueda y consumo que persisten aun cuando se experimenten
consecuencias extremadamente negativas.
Las causas de un trastorno de adicción o
dependencia a una droga son muchos factores que interaccionan entre sí, como la
genética, los factores psicológicos como la personalidad, el sentimiento de
placer y de alivio del dolor que causan las drogas; también se encuentran los
factores sociales y culturales como la familia, los amigos, presión de grupo y
normas culturales que pueden favorecer el consumo de una sustancia como la
fácil y rápida disponibilidad de esta.
Para describir a las personas que parecen esclavizadas a las drogas, se
utiliza el término “adicción” o “dependencia”. Entre los científicos existe
cierto desacuerdo respecto a cómo definir estos términos.
En la primera definición, de corte
más fisiológico, según Kalant (1968) citado por Capponi(s.f), se presentan 3
requisitos para diagnosticar el trastorno de adicción o dependencia: en primer
lugar, la persona es psicológicamente dependiente de una droga o varias de
estas, en segundo lugar, la persona necesita
cada vez mayores cantidades de la sustancia para experimentar el mismo efecto (reacción
fisiológica llamada “tolerancia”) y, por último, la persona responderá
físicamente de manera negativa cuando no consuma la sustancia (reacción
fisiológica llamada “abstinencia”).
Una segundo planteamiento, de corte más conductual y psicológico, según
la American psychiatric association (1994) citado por Capponi (s.f) se basa en las “conductas de búsqueda de
drogas” como medida de dependencia. Estas son: consumo repetido de una droga,
necesidad desesperada de ingerir más de la sustancia (robar dinero, estar
afuera en el frío para fumar) y la probabilidad de que ese consumo se repita
después de un periodo de abstinencia.
Otra
definición dada por Trastornos
Relacionados con Sustancias (s.f), es que la adicción es un grupo de
síntomas cognoscitivos, comportamentales y fisiológicos que indican que el
individuo continúa consumiendo la sustancia, a pesar de la aparición de
problemas significativos relacionados con ella. Este autor, resalta la “necesidad irresistible” de consumo (craving) que se observa en la mayoría
de los pacientes con dependencia de sustancias.